Contactar con el propio cuerpo es esencial para una buena salud.
Hoy quiero hablaros de una de las cualidades esenciales del organismo para que podamos disfrutar de una buena salud, que actualmente está desatendida y prácticamente es desconocida.
Se trata de la capacidad que todos los seres humanos tenemos para unir el cuerpo y la mente y lograr el perfeccionamiento del desempeño físico. Es decir, la percepción consciente que tenemos de nuestro cuerpo nos permite controlarlo de forma diferenciada y competente.
Este vínculo entre el cuerpo y la mente nos permite sentir nuestro cuerpo a dos niveles:
1. Nivel postural o propiocepción: a través de los músculos y las articulaciones regulamos el equilibrio corporal y la posición relativa entre partes contiguas del cuerpo. Nos informa de dónde están localizadas las partes del organismo en relación entre ellas.
Es un concepto que parece simple y fácil, pero os recomiendo un ejercicio de propiocepción que tenéis disponible en los primeros minutos del siguiente vídeo http://www.youtube.com/watch?v=tQXRMIA6eUY
2. Nivel visceral o interocepción: el cual provee información del estado interno del cuerpo.
Nuestra vida actual está llena de preocupaciones, estrés, muchas cosas por hacer, lo que conlleva multitud de pensamientos que se acumulan en nuestra mente. Así nuestra cabeza pasa a ser el guía del día a día y el cuerpo se convierte en un simple acompañante.
Esta situación, de “fragmentación” supone que perdamos esa percepción consciente de nuestro cuerpo, y cuando se van sucediendo alteraciones que con el tiempo se van agravando, entonces es cuando nuestro cuerpo “habla” y muchas veces “grita” a través del síntoma o la enfermedad.
En la clínica ayudo a los pacientes a reencontrarse y al contactar con su propio cuerpo logran “escuchar” las señales de alarma de su organismo, que les producen molestias, síntomas e incluso patologías. Recuperar esta capacidad de escucharnos tanto a nivel postural como visceral, nos permite que el diagnóstico y el tratamiento sean totalmente personalizados, ya que es la propia persona la que percibe y detecta los desequilibrios de su propio organismo.
El tratamiento integrado y personalizado es necesario para recuperar el contacto con el propio cuerpo, y solo así logramos un diagnóstico y un tratamiento de calidad que nos permitirá, no solo estar sanos, sino sentirnos sanos, vitales y a gusto con la vida.