Blog DANA BROSS
- Sentirse joven y vital combate el envejecimiento.
El proceso de envejecimiento de nuestro cuerpo y mente no guardan relación con nuestra edad cronológica, tal y como expresa la Dr. Ursula Staudinger: “We have to say goodbye to this notion that the chronological age on our passport or our birth certificate will tell us how old we are.”
Es decir, deberíamos abandonar la idea de que la fecha que nacimos y la actual definen nuestra edad y nuestras capacidades, ya que envejecer es un concepto más complejo, depende de cada persona, su genética, su personalidad, sus vivencias, sus hábitos, etc.
Una persona de edad avanzada nos la imaginamos con una estructura corporal y un carácter rígidos y “encogidos”, pero cada vez hay más personas que han perdido su elasticidad y adaptabilidad sin tener una edad cronológica avanzada.
Las emociones también influyen en el envejecimiento, los miedos y las tensiones nos contraen y nos hacen adquirir ese estado de agarrotamiento. Tener una actitud abierta, el dialogo y la comunicación nos ayudan a ser más flexibles.
Una imagen que os ayudará a entender este concepto es la diferencia entre dos construcciones: los edificios antisísimicos y las casas de madera en zonas geográficas con riesgo de sufrir terremotos.
Los edificios que son capaces, con una base antisísmica adecuada, de sobrevivir a terremotos ya que se les proporciona la flexibilidad necesaria para resistir al impacto. Y por otro lado, están las casas de madera que son destruidas con facilidad por los seísmos.
El cuidado de nuestra estructura y el trabajo en ella, hacerla más flexible y fuerte nos ayudarán a resistir en situaciones difíciles. Ser rígidos y duros no nos proporcionarán ventajas, al contrario, nos hacen débiles y frágiles.
Si abrimos nuestra mente y somos más flexibles tanto físicamente como emocionalmente, estaremos mucho más preparados para los impactos de la vida y evitaremos que se produzcan, por ejemplo, lesiones o situaciones de estrés que aceleran el envejecimiento precoz.
